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INTRODUCCIÓN
La serie de motores franceses HDI se ha hecho notablemente popular, especialmente por su adopción en diversas compañías. Los motores 1.6 y 2.0 HDI, principalmente empleados en turismos, fueron actualizados por la nueva generación “BlueHDi”, que incluye versiones de 1.5, 1.6, 2.0 y 2.2 litros, todos diseñados para cumplir con estrictas normativas de emisiones.
MOTORES 1.5 Y 1.6 BLUEHDI
Equipados con el sistema Common Rail de Bosch, los motores BlueHDi 1.5 y 1.6 incorporan la bomba de alta presión CP4S1. Esta bomba trabaja a una presión de 180 MPa, sincronizada con el sistema de distribución. El correcto posicionamiento de la bomba es esencial para evitar el desgaste prematuro de la correa de distribución y minimizar las pulsaciones de presión. En los modelos más recientes, se han introducido inyectores CRI2-22, capaces de soportar hasta 2200 bar, mejorando la eficiencia hidráulica y la resistencia a fugas.
El diseño del motor 1.5 BlueHDi incluye la válvula eSV, que reemplaza a la válvula dosificadora ZME de versiones anteriores. Esta tecnología permite un control preciso de la presión, mejorando el rendimiento y reduciendo el consumo en fases de baja carga. El sistema de inyección debe ser cuidadosamente probado para evitar fugas tanto en los inyectores como en el acumulador de presión.
MOTORES 2.0 Y 2.2 BLUEHDI
En las versiones más grandes, de 2.0 y 2.2 litros, se emplea un sistema de combustible de Delphi Technologies. La bomba de alta presión es regulada por una válvula dosificadora IMV, con un sistema de gestión de presión optimizado. Una característica importante es la válvula de drenaje PLV, diseñada para evitar sobrepresiones en el riel de inyección. El mantenimiento de estos motores requiere atención a detalles técnicos, como la correcta sincronización de la bomba con los inyectores, fundamental para evitar fallos prematuros.
Un aspecto relevante en los motores BlueHDi es la complejidad del proceso de purga de los inyectores. Este proceso debe realizarse correctamente para evitar problemas de arranque o funcionamiento irregular. Además, los inyectores deben ser codificados y calibrados tras la instalación, utilizando un ciclo de conducción específico.
CONCLUSIÓN
La evolución de los motores diésel y las estrictas normativas medioambientales exigen a los fabricantes adaptaciones constantes en los sistemas de control de combustible. Si bien los principios de funcionamiento se mantienen en líneas generales, las configuraciones varían significativamente en cada nueva generación, planteando retos para los talleres en términos de diagnóstico y reparación. El conocimiento profundo de las especificaciones de estos sistemas es esencial para evitar errores costosos en el mantenimiento de los motores BlueHDi.